La Uretrocistoscopia es un método diagnóstico a través del cual se estudia la uretra y la vejiga con la ayuda de un endoscopio flexible (una sonda con una cámara en su extremo que permite visualizar en una pantalla todas las estructuras).
El procedimiento tiene una duración de entre 15 a 20 minutos, con anestesia local y se realiza en régimen ambulatorio (no es necesario ingreso).
Previamente a la introducción del cistoscopio se introduce en la uretra un gel lubricante con anestésico local para disminuir las molestias. A través del cistoscopio se introduce solución salina estéril para distender las cavidades y permitir su visualización en una pantalla.
Para la realización de esta prueba no es necesario ninguna preparación especial.
Durante la introducción del equipo puede sentir una pequeña molestias hasta que se llega a la vejiga. Posterior a la realización de la prueba puede haber escasas molestias en las primeras micciones que van disminuyendo de forma progresiva. Otros riesgos posibles pero que se presentan en escaso número de pacientes son: el sangrado por la orina y la infección urinaria.
La Cistoscopia se realiza como método diagnóstico en caso de: Hematuria (sangrado por la orina), por la sospecha de cáncer vesical o en el seguimiento del mismo, diagnosticar trastornos de la vía urinaria inferior, obstrucciones, infecciones urinarias de repetición, entre otras.