El objetivo del entrenamiento vesical es aumentar la capacidad vesical y disminuir la frecuencia de las micciones. Se trata de cambiar malos hábitos miccionales de tal forma que la vejiga no sea la que controle la vida del persona.
Si la frecuencia miccional es alta (se orina muchas veces al día) la vejiga se “acostumbra” a trabajar con un volumen muy bajo. La intención es “re-acostumbrar” la vejiga a mantener un volumen mayor antes de que aparezca el deseo miccional.
Parte del entrenamiento vesical es aprender a reconocer los mensajes que provienen de la vejiga, saber cuando está realmente llena. Este reconocimiento de sensaciones no se logra de forma instantánea
Los irritantes vesicales y la orina concentrada provocan un mayor deseo miccional. Es importante que la orina que llega a la vejiga se encuentre bien diluida y que no contenga irritantes vesicales.
Para realizar mejor este proceso debemos recoger de forma objetiva el número de veces que se orina y el volumen al cual se realiza cada micción, esto se hace a través de un diario miccional. También este diario puede realizarse uno o dos días a la semana para valorar el progreso del entrenamiento. De forma progresiva se notará como aumentan los volúmenes miccionales y disminuye la frecuencia.
Para empezar:
- Eliminar irritantes vesicales: Café, te, bebidas carbonatadas, alcohol, tomate, cítricos, comidas picantes, edulcorantes como la sacarina.
- Beber al menos 1 litro de líquidos al día, incrementando de forma progresiva hasta 1,5 a 2 litros. Esta cantidad de líquido deberá beberse de forma constante a los largo del día evitando momentos de gran ingesta con otros de escasa ingesta.
- Evitar las micciones preventivas (aquellas que se realizan “por si acaso..”)
- En el momento que tenga ganas de orinar intente posponerlo al menos durante 15 minutos. Aumente este tiempo de 10 en 10 minutos semana a semana.
- La meta final es lograr un volumen en su vejiga entre los 300 a 400 ml antes de orinar.
- El tiempo estimado de lograr objetivos estará entre los 2 a 3 meses.
Para posponer el deseo miccional:
- Pueden ser necesarias maniobras de distracción de pensamiento, por ejemplo, empezar a contar hacia atrás.
- Cambios de posición.
- Ejercicios de relajación.
- Evitar favorecedores como el escuchar agua o tener las manos mojadas.
- Sentarse y cruzar las piernas.
- Los ejercicios de contracción del suelo pélvico pueden ayudar lograra una contracción que evite la micción y disminuya el deseo miccional.